Vacaciones en Córcega: ¿qué ver en invierno?
Visitar Córcega en invierno puede ser una experiencia verdaderamente inolvidable.
Mientras los amantes de la nieve reservan durante "la semana blanca" soñando con esquiar en las cumbres más altas, te sugerimos ir contracorriente de esta tendencia y eligir unas vacaciones en Córcega para escapar del gran frío invernal: ¡no te arrepentirás!
De hecho, Córcega no es solo playas y campings junto al mar ¡sino mucho más!
Reserva en Fast Ferries o Corsica Ferry para los habituales, sin olvidar incluir el Wi-Fi Seafy en tu paquete de viaje, para tener la mejor conexión a Internet y tener una idea de lo que vas a ver y lo que harás.
La isla que dió a luz a Napoleón, llama la atención por su extraordinaria variedad paisajística y ambiental, pero no sólo eso, representa la mezcla perfecta entre Francia e Italia. Te sugerimos visitar las ciudades más importantes, todas en la costa, posponiendo la visita del interior de Córcega para otro viaje, cuando el clima templado permita realizar excursiones y trekking. De modo que, teniendo que iniciar un recorrido imaginario, tendrías que salir de Bastia (dónde se llega en barco), ciudad ubicada en el noreste de la isla y conocida como la capital industrial y comercial de Córcega.
El centro se caracteriza por un animado puerto turístico, desde el cuál se inicia un interesante recorrido entre las numerosas iglesias barrocas, en la que destaca la de San Giovanni Battista. Coge el coche en dirección oeste y encontrarás Calvi con su ciudadela fortificada que domina todo el pueblo. Numerosos estudios afirman que aquí nació el gran Cristóbal Colón. Prueba de ello sería la casa en Rue Colombe ubicada cerca de Quai Landry, una zona portuaria llena de tiendas, discotecas y restaurantes. A 40 kilómetros de Calvi se encuentra el golfo de Galéria, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a un entorno maravilloso donde un exuberante matorral mediterráneo enmarca un espejo de agua turquesa.
Luego toma la carretera de la costa y llegarás a Ajaccio, el centro más poblado de Córcega, famoso por ser la cuna de Napoleón Bonaparte. Una visita al Musée Maison Bonaparte es obligatoria para un estudio en profundidad de la vida del gran general francés.
Después de la breve pero intensa inmersión en la historia, no te puedes perder el Sentier des Cretes, un itinerario inmerso en la naturaleza que termina en Punta della Parata, frente al archipiélago de las Islas Sanguinaires. Habiendo visitado Ajaccio, solo queda regresar al lado este, e ir a la ciudad más al sur de Córcega: Bonifacio. Pequeñas dimensiones, pero con mucha historia: esta es una breve descripción del centro que domina Cerdeña.
La arquitectura de la ciudad se caracteriza sin duda por la influencia arquitectónica Pisana y Genovesa, en la que destaca la ciudadela fortificada con el Bastión de l'Etendard, una majestuosa estructura con vistas al mar. No lejos del baluarte se encuentran las Escaleras del Rey de Aragón, o 187 escalones al final de los cuales se llega a las rocas al pie del acantilado sobre el que se asienta la ciudad vieja. Cuenta la leyenda que se construyeron en una sola noche para facilitar el asalto aragonés (de ahí el nombre) a esta parte del territorio. Porto Vecchio, la primera ciudad Corsa por la afluencia de turistas, cierra este itinerario imaginario. Lo que lo hace tan popular es la amplia costa que desde Pinarello hasta Punta de Rondinara ofrece encantadoras playas con bosques de pinos, perfectas para familias. Antes de tomar el ferry Corsica Ferries hacia el "continente", solo queda hacer un viaje a las Islas Cervicales, un pequeño tesoro de biodiversidad declarado Reserva Natural por el gobierno francés.
Dile adiós a Córcega, y finaliza felizmente este breve pero intenso viaje del que quedarán imborrables recuerdos de una tierra hermosa y salvaje, perfecta para desconectarte de la rutina diaria. Date prisa para reservar, ¡la isla Bonaparte te está esperando!
Para mantenerte conectado a bordo de Corsica Ferries, visita el sitio web de Seafy.